EL CIBERACOSO

Se conoce como ciberacoso al uso de las tecnologías de la comunicación (mensajes de texto, correos electrónicos, páginas web, redes sociales...) con el propósito de dañar a alguien de manera repetida y deliberada.

Internet y jóvenes, una ecuación que en la tele suele terminar mal, con sonados casos de abusos y terribles peligros. Pero ¿son tan frecuentes estos conflictos? El 21% de los encuestados reconoce que sus hijos han vivido situaciones incómodas en Internet.

Este es un fragmento de un artículo del periódico ABC:

''Si todos tenemos de bueno lo que nos falta de malo, con las nuevas tecnologías ocurre lo mismo. Su expansión ha revolucionado el mundo de la comunicación y de las relaciones, especialmente entre los llamados nativos digitales; esa generación que nació inmersa en ellas y ha ido evolucionando a la par que las nuevas aplicaciones digitales. Quizá por eso, son esos mismos jóvenes, los que con más soltura se desenvuelven en la sociedad digital son los que tienen una percepción sorprendentemente baja de los riesgos que pueden esconderse tras ellas. Son los que menos ven el lado oscuro que pueden esconder las nuevas tecnologías. Así lo revela el estudio de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género «La evolución de la adolescencia española sobre la igualdad y la prevención de la violencia de género», dirigido por María José Díaz-Aguado Jalón, en el que se observa cómo el 28,1% de los adolescentes no consideran conducta de riesgo responder a un mensaje en el que son insultados, que uno de cada cuatro asegure sin reparos que colgaría una fotografía suya que sus padres no autorizarían o que el 44,5 % de los chicos y el 37,1 % de las chicas han aceptado dos o más veces como amigo o amiga en la red a una persona desconocida.''

CARACTERÍSTICAS SOBRE EL CIBERACOSO

Requiere destreza y conocimientos sobre Internet. Ésta información la obtiene principalmente de foros informáticos.

Falsa acusación: La mayoría de los acosadores intentan dañar la reputación de la víctima manipulando a gente contra él.

Publican información falsa sobre las víctimas en sitios web. Pueden crear sus propias webs, páginas de redes sociales (páginas de Facebook), blogs o fotologs para este propósito. Y aunque se elimine la web, todo lo que se publica en Internet se queda en la red.

Recopilación de información sobre la víctima: Los ciberacosadores pueden espiar a los amigos de la víctima, su familia y compañeros de trabajo para obtener información personal. 

Envían de forma periódica correos difamatorios al entorno de la víctima para manipularlos.

Manipulan a otros para que acosen a la víctima. La mayoría tratan de implicar a terceros en el hostigamiento. Si consigue este propósito, y consigue que otros hagan el trabajo sucio hostigándole, haciéndole fotos o vídeos comprometidos. 

El acosador puede trasladar a Internet sus insultos y amenazas haciendo pública la identidad de la víctima en un foro determinado (blogs, websites), incluso facilitando en algunos casos sus teléfonos, de manera que gente extraña se puede adherir a la agresión.

Quizá acuse a la víctima de haberle ofendido a él o a su familia de algún modo, o quizá publique su nombre y teléfono para animar a otros a su persecución.

Falsa victimización. El ciberacosador puede alegar que la víctima le está acosando a él.

Sin propósito legitimo: quiere decir que el acoso no tiene un proposito válido, sino aterrorizar la víctima y algunos acosadores están persuadidos de que tienen una causa justa para acosarla, usualmente en la base de que la víctima merece ser castigada por algún error que dicen que ésta ha cometido.



Repetición: quiere decir que el ataque no es un sólo un incidente aislado. Repetición es la clave del acoso en línea. Un ataque en línea aislado, aún cuando pueda estresar, no puede ser definido como acoso cibernético.

Es un modo de acoso encubierto.

El acoso invade ámbitos de privacidad y aparente seguridad como es el hogar familiar, desarrollando el sentimiento de desprotección total.

El acoso se hace público, se abre a más personas rápidamente.

No necesaria la proximidad física con la víctima. El ‘ciberacoso’ es un tipo de acoso psicológico que se puede perpretar en cualquier lugar y momento sin necesidad de que el acosador y la víctima coincidan ni en el espacio ni en el tiempo. 

La omnipresencia y difusión instantánea de Internet provoca que el ‘ciberacoso’ pueda llegar a ser tan o más traumático que el acoso físico.

El ‘ciberacoso’, al tratarse de una forma de acoso indirecto y no presencial, el agresor no tiene contacto con la víctima, no ve su cara, sus ojos, su dolor, su pena, con lo cual difícilmente podrá llegar a empatizar o despertar su compasión por el otro. El ciberaacosador obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño ocasionado en el otro, ya que no puede vivirlo in situ.

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